domingo, 1 de febrero de 2015

¿EXISTE EL "SÍNDROME DEL CUERPO INQUIETO"?

Ya hemos comentado, que cuando el síndrome de piernas inquietas empeora, puede aparecer desde primeras horas de la mañana o abarcar a otras partes del cuerpo.
Esta extensión puede afectar a los brazos a la espalda o incluir a todo el cuerpo. Cuando así ocurre la sensación que le produce al paciente es tener un "dolor sordo y generalizado" durante la noche y el día, lo que le dificulta el descanso nocturno y las actividades de la vida diaria.
En estos pacientes, más que un SPI habría que hablar de un "síndrome del cuerpo inquieto". El diagnóstico, en ocasiones, se retrasa por la idea que se tiene, incluidos los médicos, que el SPI solo se va a sufrir en las piernas y nunca se va a ver afectado el cuerpo.
También es importante tener en mente que hay pacientes que desde los primeros meses ya tienen esta sensación de "intranquilidad o dolor" en todo el cuerpo, precedido durante un periodo muy corto de la sola afectación de las piernas o que refieren haber comenzado desde el principio con el "síndrome del cuerpo inquieto".
En esta situación lo más importante es reconocerlo y diagnosticarlo lo antes posible, para que el paciente no haga un peregrinaje que retrase su tratamiento y se afecte su calidad de vida de manera importante.
Ya se explicó con anterioridad que si hay enfermos que están siendo tratados con otros fármacos como los neurolépticos (haloperidol, risperidona, sulpiride (Dogmatil), etc), el primer paso es intentar suprimirlos, si es posible.
El manjeo se puede hacer aplicando diversas medidas. Se pueden usar técnicas de relajación como el yoga, que mejoran la sensación de tranquilidad y bienestar. También se pueden tomar algunos suplementos dietéticos como alimentos ricos en vitamina B (mejillones, verdura, etc), ácido fólico (verdura y frutas), suplementos de magnesio, etc.. También es muy recomendable el caminar al menos una hora al día. Esto, junto con un ejercicio moderado como la natación o el "pilates" 30 minutos al día, van a mejorar los síntomas del "síndrome del cuerpo inquieto".
El tratamiento farmacológico es fundamental cuando hay una afectación de la calidad de vida y del descanso nocturno. Dicho tratamiento es similar al síndrome de piernas inquietas. Se recomienda la utilización de agonistas dopaminérgicos de acción prolongada como los parches de rotigotina o las formulaciones retard, también llamadas prolib,  por vía oral de pramipexol o ropinirol.
Por último, recalco que es muy importante la sospecha clínica. Cuando los síntomas descritos aparezcan se deberá de consultar lo antes posible con un neurólogo para el diagnóstico y el manejo lo más temprano posible.

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