sábado, 20 de diciembre de 2014

ESTILO DE VIDA Y SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS

Como en se comentó en el blog anterior, hay otras acciones que se pueden realizar, a parte de los 
tratamientos farmacológicos, que van a mejorar los síntomas del síndrome de piernas inquietas (SPI). Hay estilos de vida que van a mejorar la salud y sobre todo que van a aumentar la calidad de vida. Estas acciones son sencillas y no van a producir los potenciales defectos secundarios de los fármacos.
Como ya se comentó una ducha o baño caliente antes de acostarse puede ayudar al SPI que aparece cuando la persona se acuesta por la noche.
Todas las actividades que aumentan los niveles de dopamina en el cerebro va a ser beneficiosas. Un ejercicio físico diario y mantener relaciones sexuales van a mejorar la aparición de los síntomas del SPI. Durante el orgasmo se produce una gran liberación de dopamina y opioides en el cerebro, que es lo que hacen los tratamientos que se aplican. Hay estudios que demuestran esta mejoría. 
Aparte de los masajes en las pantorrillas, la aplicación de paños calientes y fríos, alternativamente, antes de irse a la cama, va a disminuir la intensidad de los síntomas. 
En el lugar de trabajo se debería de mejorar la ergonomía. Sentarse en una silla alta en la que cuelguen las pierna y las pueda mover sin problemas, va a mejorar los síntomas que aparecen durante periodos en las que no se pueda levantar de la silla. También es conveniente un asiento alto durante los viajes de avión. 
Practicar ejercicios de relajación antes de irse a la cama. Respirar profundamente durante un minuto. Después tensar los músculos de los pies y mantenerla durante 10 segundos y después relajarlos. Después tensar los músculos de las pantorrillas, mantenerlos tensos durante 10 segundos y relajarlos. Hacer lo mismo con los muslos, y ascender a los del abdomen, los del cuello y después a los de la cara. Cuando termine su cuerpo estará totalmente relajado. 
Durante el descanso en la cama colocarse de lado y desplazar lentamente la pierna que está encima, de delante hacia atrás, lentamente, durante unos minutos y después cambiar de lado y mover la otra pierna. 
También es importante hacer una dieta sana. Se aconseja la toma de alimentos ricos en hierro. Algunos paciente s dicen mejorar con la toma de suplementos de magnesio, pero su uso indebido puede producir diarrea y solo debería ser pautado pos su médico. 
Es muy importante mantener una adecuada hidratación. Beba abundantes líquidos. No beber suficiente agua puede producir una deshidratación en la que la persona solo sufra calambres y en los pacientes con SPI, una intensificación de sus síntomas. 
Evitar el consumo excesivo de café y alcohol, aunque por navidades la toma de una copa de cava no va a producir ningún daño.
FELIZ NAVIDAD. 

viernes, 5 de diciembre de 2014

SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS Y GENÉTICA

El SPI es una enfermedad que puede afectar a múltiples miembros de una misma familia. Tiene una herencia autosómica dominante, es decir,  se va a afectar al menos un miembro de cada generación. Al menos un miembro de la familia de la generación de los abuelos, al menos uno de la generación de los padres y al menos uno de la generación de los hijos.
Se han realizado estudios genéticos sobre el SPI y se ha llegado a varias conclusiones. La primera es que en el SPI los factores genético y hereditarios vana a jugar un papel muchísimo más importante que los factores ambientales en los que viva la persona. Otro dato interesante es el descubrimiento de al menos seis genes (partes de un cromosoma) diferentes, que estarían implicados en la génesis de la enfermedad. Esto explicaría las variadas manifestaciones clínicas del SPI y la diferente edad de aparición.
También se ha observado que cerca del 3% de los chicos y chicas en la pubertad van a sufrir el SPI, sin embargo el 10% de los padres de estos chicos también la van a sufrir, sobre todo las madres más que los padres. Por lo tanto, el hijo o hija de una madre con SPI, va a tener más riesgo de sufrir la enfermedad que si es el padre quien la sufre.
Hay pocos estudios de la frecuencia de aparición del SPI entre gemelos. Algunos cálculos aproximados sitúan el riesgo en un 30% de padecer la enfermedad si el hermano gemelo la padece, independientemente del sexo. Si la padece uno de los padres, sobre todo la madre, el riesgo se situaría alrededor del 15%. También se va a sufrir más riesgo de padecer la enfermedad durante el embarazo, si hay un antecedentes familiar de primer grado (padres o hermanos) con SPI.
No hay datos suficientes para asegurar que el SPI en niños y adolescentes esté ligado genéticamente a otros trastornos como el trastorno por déficit de atención-hiperactividad.
El gen más implicado en la herencia del SPI es el denominado BTBD9. este gen está localizado en el cromosoma 6(ver figura) y produce una proteína que mejora la plasticidad neuronal y facilita la comunicación entre las neuronas. Se ha visto que animales en los que se altera dicho gen desde el nacimiento, desarrollan una alteración similar al SPI de los humanos. 
Estos hallazgos son un progreso importante para saber el porqué y el cómo se produce el SPI. Cuando se respondan a estas preguntas, se iniciará el camino a la curación con fármacos o métodos dirigidos a reparar el mal funcionamiento de este gen y de otros genes implicados. 



Cromosoma 6 y lugar donde se encuentra el gen cuyo defecto puede producir el SPI