viernes, 18 de julio de 2014

EL SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS EN LOS NIÑOS.

El SPI afecta a entre el 2 y el 15% de las personas y a partir de los 18 años lo sufrirán el 7%. Sin embargo, también puede afectar a la población infantil. Según un estudio el 2% de los individuos entre los 8 y los 18 años, lo van a sufrir. En este grupo de edad se va a plantear un verdadero reto diagnóstico.
Cuando el niño puede expresarse de manera adecuada, va a relatar que nota una sensación desagradable en las piernas o incluso en las manos, que le "pone nervioso" y que le mejora cuando se mueve o camina. Otras expresiones utilizadas es como la de "picor", "hormigueo", "piernas pesadas", etc.. También van a empeorar por la noche.
Es característico, en los más pequeños (entre el año y los 4 años), que se despierten entre 1 y 3 horas después de haberse quedado dormido, llorando, pataleando con los pies o quejándose de que le duelen las piernas.
En ocasiones hay una historia familiar positiva, en la que se puede observar un fenómeno de anticipación generacional. Es decir, lo sufre uno de los abuelos a una edad de 60 o 70 años, también lo sufre la madre a la edad de los 40 y lo sufre el niño.
Debido a esta observación se han realizado estudios genéticos y se ha encontrado que la alteración en algunos genes que regulan el metabolismo del hierro, podrían estar implicados en la génesis del síndrome.
En la evaluación diagnóstica del SPI en los niños se debería de realizar un estudio del metabolismo del hierro y a no ser que se sospeche una polineuropatía, por la historia clínica o por la exploración neurológica, se debería de reservar el estadio electroneurográfico/electromiográfico, para los casos que no respondan bien al tratamiento.
En relación a este último, se han hecho pocos estudios que examinen la efectividad de los tratamientos que se aplican a los adultos. La primera recomendación es la utilización de las sales de  de hierro, sobre todo si los niveles de ferritina están por debajo de 50 ng/ml.. Se ha demostrado una relación entre los niveles bajos de ferritina y la intensidad del SPI.
Aunque no hay amplia experiencia, si a pesar del tratamiento con las sales de hierro no mejor, se podrían utilizar bajas dosis de gabapentina (100 a 300 mg) con la cena.
No hay estudios que indiquen la utilización de agonistas dopaminérgicos (fármacos de elección en los adultos) en los niños con SPI..
El diagnóstico del SPI en niños es un verdadero reto diagnóstico. Se deberá de pensar en dicha posibilidad ante un niño que se despierte en las primeras 3 horas del sueño, quejándose de "dolor en las piernas" o pataleando, con una disminución de los niveles de ferritina y con una historia familiar positiva.

miércoles, 2 de julio de 2014

¿CÓMO DE FRECUENTE ES EL SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS?

El síndrome de piernas inquietas (SPI) es más frecuente de lo que las estadísticas manifiestan. Esto es así porque, en ocasiones, se tarda varios años en ser diagnosticada y, por tanto de ser correctamente tratada.
Según estudios realizados en el año 2004, entre un 5 y un 14% de la población general sufrirá de este síndrome. La diferencia se debe a los diferentes criterios diagnósticos utilizados.
En el año 2005 se analizó a una población de 16.202, mayores de 18 años. De todos ellos, el 7% sufrían de esta enfermedad. El 3% era de intensidad moderada a severa, es decir, los síntomas le impedía un descanso nocturno adecuado al menos dos días por semana.
Es de destacar que de todos los pacientes que sufrían de SPI, más del 80% había comunicado los síntomas a su médico de atención primaria, pero solo el 6% había sido correctamente diagnosticado.
El SPI puede ocurrir a cualquier edad, aunque la probabilidad de sufrirlo se incrementa con la edad. Así en la población de los 18 años la prevalencia es del 3%, a los 30 del 10% y a los 79 años es de casi el 20%. Entre los 8 y los 19 años la sufren el 2% de la población.
Las mujeres tiene más riesgo de padecerla y este aumenta cuantos más hijos tengan
También con la edad hay mayor probabilidad de sufrir la condición asociada de movimiento periódico de las piernas.
El SPI es una condición más frecuente de lo que los estudios manifiestan, ya que muchos pacientes no son diagnosticados adecuadamente y este diagnóstico se puede retrasar durante años.
En toda persona con una serie de síntomas como dolor, intranquilidad, hormigueos, sensación queman, etc..; que empeoran por la tarde y en ocasiones le despierta por la noche y que además mejora con el movimiento de las piernas o caminado; se deberá de sospechar el SPI.