martes, 23 de septiembre de 2014

23 de Septiembre de 2014: DÍA MUNDIAL DEL SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS

El día 23 de septiembre de 2014 es el día mundial del SPI. Muchas veces nos preguntamos para que sirve un día mundial de una enfermedad.
Creo que es importante que la sociedad tome conciencia de un padecimiento y más si este es muy frecuente y esta infradiagnosticado.
Gracias este Día Mundial, el SPI se hace más visible a la sociedad y se toma conciencia de un problema, no solo por parte de los que conocen algún enfermo que la padece, si no también por parte de la profesión médica. Todo va a ayudar a comprender al paciente y que no se sienta solo ante su sufrimiento.
EL SPI no mata ni deforma, pero altera mucho la calidad de vida de quien la padece, alterando su rendimiento laboral, social, familiar y personal.
Gracias a estos días en los que se recuerda una enfermedad, esta se hace más visible y el paciente no siente la soledad del que nota unos síntomas sin saber cual es la causa y, por tanto, de no tener un tratamiento específico. Se dice que cuando se conoce lo que uno padece se acepta más la enfermedad y se puede encarar de diferente manera a si no se sabe el diagnóstico.
También este Día Mundial del SPI hace que en el paciente crezca la esperanza en nuevos tratamientos  y, más aún, que aumento el conocimiento de esta enfermedad entre la profesión médica y así se avance en un diagnóstico temprano e iniciar el tratamiento cuando la calidad de vida del paciente empiece a alterarse.
Siempre hay que esperar que esta celebración no se quede ahí, que se avance en métodos diagnósticos más fiables y objetivos y que se investiguen nuevos tratamientos, si no curativos, sí que controlen los síntomas con los menores efectos secundarios posibles.
A todos los pacientes con SPI mi apoyo y sabed que mucha gente está implicada en que la enfermedad sea más conocida y mejor tratada.
Por otra parte es bueno que haya asociaciones de pacientes con SPI, la unión hace la fuerza y así la enfermedad no solo será visible ante la sociedad un día al año sino todos los días.

lunes, 8 de septiembre de 2014

EL PAPEL DE LOS OPIÁCEOS EN EL SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS

El tratamiento, con derivados opiáceos, del SPI, se conoce desde sus primeras descripciones clínicas (año 1945). hay estudios con pocos pacientes, en los que se ha utilizado metadona (10 mg.), oxicodona (4,5 mg.), Codeina (30 mg.); cuando el paciente se iba a ir a la cama. Algunos opiáceos también han sido prohibidos por producir arritmias cardiacas (propileno).
La efectividad podría estar relacionada con la disminución de los despertares, aunque sin mejorar la frecuencia de los movimientos de las piernas durante la noche.
Además este tipo de fármacos tienen un potencial adictivo importante y producen el fenómeno de "augmentation", es decir, pasado un tiempo, se necesitan cada vez dosis más latas para mantener el mismo efecto.
De los opiáceos, el de menor potencial adictivo es el tramadol, que también es el mejor tolerado.
En pacientes muy refractarios a otros tratamientos la inyección subcutánea de apomorfina, resultó efectiva, pero el estudio se realizó solo en dos pacientes.
según las guías europeas para el tratamiento del SPI, el tratamiento con opioides se debería de hacer como último recurso, en el caso que la utilización de los agonistas dopaminérgicos (primera elección) los antiepilépticos y las benzodiacepinas (seguna opción) ni la clonidina; resultasen efectivos.
Además se ha demostrado efectividad en los síntomas del SPI que aparecen durante el sueño, disminuyendo la frecuencia de los despertares. No está tan demostrada su efectividad en los síntomas que comienzan por la tarde o durante el día.
Además hay que tener especial cuidado con estos fármacos en pacientes mayores y en niños.
En ambos se puede producir un llamado efecto paradójico, es decir, se produce una agitación y nerviosismo importantes, que les puede alterar el sueño y la conducta. La sedación diurna les producirá una disminución del rendimiento escolar en los segundos y caídas más frecuentes en los primeros.
Como resumen, solo se deberían de utilizar los opiáceos en el tratamiento del SPI, cuando los otros tratamientos hayan fallado o no se toleren, intentar evitarlo en niños y ancianos y, si hay que tomarlos, a las dosis más bajas posibles y antes de acostarse.