domingo, 29 de marzo de 2015

¿SE PUEDE LOCALIZAR ALGUNA LESIÓN EN EL CEREBRO DE LOS PACIENTES CON SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS?

La primera pregunta que se plantea al estudiar una enfermedad neurológica es: ¿dónde está localizada la lesión que produce estos síntomas?. 
Se han realizado múltiples investigaciones para encontrar alguna lesión estructural en el cerebro, pero hasta el momento no se ha encontrado ninguna alteración visible en la anatomía cerebral.
A nivel microscópico sí que se han visto cambios en las neuronas del tálamo de los dos lados del cerebro. El tálamo es una zona del cerebro donde van a parar toda la información sensitiva del hemicuerpo contralateral, por lo que una disfunción en esta zona podría desencadenar una percepción anormal en las piernas o de otras partes del cuerpo. 
Otros estudios más avanzados, que han examinado cómo es el metabolismo del cerebro de los pacientes con SPI, han puesto de manifiesto que durante las sensaciones anormales de las piernas que obligan a moverlas o a caminar, hay una mayor actividad metabólica en el cerebelo (una parte del cerebro localizada en la parte posterior y que regula el movimiento) y en el tálamo. Cuando mejoran los síntomas esta mayor actividad se normaliza.
Los movimientos periódicos de las piernas (frecuentes en los enfermos con SPI) se generarían por un mal funcionamiento de determinadas zonas del tronco cerebral (núcleo rojo).
Los nuevos hallazgos demuestran que no solo la sustancia nigra está involucrada. Al parecer el cerebelo está cada vez más implicado en los mecanismos del sueño, mientras que el tálamo lo estaría en la manifestación de los síntomas de las piernas o de otras partes del cuerpo, que tanto alteran al paciente con SPI. El predominio de los síntomas por la tarde y durante la noche  estaría relacionado con el ritmo biológico (ritmo circadiano) del propio paciente, que estaría controlado en parte por el cerebelo y el tronco cerebral.
También se está demostrando que no solo las vías que contiene dopamina estarían alteradas en el SPI. Se ha observado que otras neuronas que contiene una sustancia inhibitoria que se denomina GABA funcionarían por debajo de lo normal.  
Aún así, todavía falta mucho por investigar, y por ahora lo más demostrado es que hay una alteración en el metabolismo del hierro en la sustancia negra del cerebro (una parte del mismo que también controla los movimientos) y en el funcionamiento de las vías nerviosas que tiene dopamina. Estas dos alteraciones explicaría el porqué de la mejoría con la utilización de los agonistas dopaminérgicos (ratigotina, ropinirol, y pramipexol y de las sales de hierro cuando la hemoglobina o la ferritina están bajas.  


viernes, 13 de marzo de 2015

¿ES EL SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS UNA ENFERMEDAD METABÓLICA?

La causa del síndrome de piernas inquietas sigue siendo un enigma, a pesar de los estudios realizados para encontrarla desde hace casi 300 años.
Desde hace décadas se ha observado que personas con trastorno en el metabolismo del hierro, son más propensos a sufrir del SPI, incluso se observa mejoría de los síntomas al tomar sales de hierro, en los individuos que tienen bajos niveles de este metal y de la ferritina. Estos niveles bajos también se han relacionado con el trastorno por déficit de atención en niños y adolescentes. Es curioso, el hallazgo de un estudio que puso de manifiesto que un número elevado de personas con SPI, suelen tener rasgos de conducta compulsiva. Esta conducta impulsiva es característica de estos niños o adolescentes. 
En otros estudios, se ha observado que en los pacientes que sufren de SPI a partir de los 50 años, algo más de un 25% tendrán diabetes mellitus. La población normal de esa edad sin SPI, sufre de diabetes en menos del 5%. Esto mismo se ha visto entre enfermos con hipotiroidismo (mal funcionamiento del tiroides), en los que la restitución a niveles normales de la hormona tiroidea, también va a mejorar los síntomas del SPI.
Estos hallazgos de mayor frecuencia de sufrir alteraciones en el metabolismo del hierro, de más prevalencia de la diabetes y del hipotiroidismo, en pacientes con SPI; así como la mayor incidencia de este síndrome alrededor de los 50 y 60 años; nos hace plantearnos la pregunta de si una alteración metabólica podría ser la causa del SPI.
También la mayor incidencia en mujeres (1,5 mujeres por cada hombre) y la aparición alrededor de la menopausia, nos haría pensar en la influencia de factores hormonales.
En relación a los hombres con SPI que tienen más de 65 años y se comparan con varones de la misma edad sin SPI, si se excluyen factores de riesgo que aumentan la mortalidad como la hipertensión arterial, el tabaquismo, la obesidad y los malos hábitos de alimentación; los que sufren SPI tienen un 40% más de mortalidad. Este aumento de la mortalidad es debido a enfermedades metabólico-nutricionales,  endocrinas, respiratorias e inmunológicas.
Hay una creciente evidencia que también pacientes hipertensos y obesos van a sufrir con mayor frecuencia de SPI. Esto último, junto con la mayor incidencia de diabetes, nos haría pensar en una disregulación del sistema símpatico y sus conexiones con las glándulas suprarrenales.

Esto debe de estimular a los pacientes con SPI para que mantengan una alimentación adecuada, un peso controlado, evitar el tabaquismo, controlar la tensión arterial y los niveles de glucosa en la sangre dentro de los límites normales y, en resumen, seguir unas hábitos de vida sanos.

lunes, 2 de marzo de 2015

EFECTOS SECUNDARIOS DE LOS TRATAMIENTOS DEL SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS.

Todos los tratamiento que se utilizan en medicina pueden, potencialmente, producir efectos no deseados. Los fármacos que se emplean para el síndrome de piernas inquietas mejoran espectacularmente la calidad de vida del paciente, pero en ocasiones producen algunos efectos indeseables, que la mayor parte de las veces van a ser bien tolerados o son transitorios.
Los agonistas dopaminérgicos (rotigotina parches (Neupro), pramipexol y ropinirol), son muy seguros a las dosis que se emplean para el SPI. Los efectos secundarios más frecuentes van a ser la somnolencia. Esta puede evitarse si la toma se hace a la hora de la cena y con el parche (al liberarse de manera más constante). Incluso pueden mejorar el insomnio. En casos más raros van a producir malestar general y molestias gástricas, que disminuyen si se toman después de la comida o cena o se pone en forma de parche. Cuando el paciente tratado sufra alucinaciones visuales, ataques bruscos de sueño (no somnolencia progresiva) o sea alérgico; se deberá de suspender el agonista dopaminérgico.
La gabapentina (un antiepiléptico), puede producir sensación de inestabilidad y mareo. Bajando la dosis van a desaparecer, aunque cuando aparece este efecto indiseable y no se controla el SPI, es aconsejable cambiar a agonizas dopaminérgicos.
Los opiáceos son los que con más frecuencia van a producir estos efectos indeseables. Hay personas especialmente sensibles, que a bajas dosis notan un intenso malestar general, con náuseas, vómitos, somnolencia e incluso alucinaciones. Esto obligaría a retirarlos. A más largo plazo hay que tener en cuenta la posibilidad de la aparición de estreñimiento, dificultad para iniciar la micción (especial cuidado en los hombres con hipertrofia de próstata) y dificultad para mantener la concentración. Tampoco es aconsejable la retirada brusca por la aparición de síntomas de derivación (ansiedad, temblores, insomnio, etc..).
Las benzodiacepinas como el clonazepam (Rivotril) se utiliza en algunos pacientes con SPI. Los efectos secundarios más frecuentes serán sensación de "resaca" al levantarse por las mañanas. Hay que tener cuidado cuando se dan a pacientes mayores que se tengan que levantar con frecuencia por la noche. Puede producir desequilibrio en la marcha y caídas con el riesgo de fracturarse la cadera.
Cuando hay bajos niveles de hierro y de fertiliza se recomienda tratar con sales de hierro. Estas van a mejorar la efectividad de los tratamientos anteriores en los pacientes con SPI. Sin embargo pueden producir molestias gástricas y es frecuente el cambio de la coloración de las heces. En personas que sufren migrañas, pueden intensificarse sus dolores de cabeza o hacerse más frecuentes.
A pesar de todo lo anterior todos los tratamientos para el SPI son seguros y muy eficientes. Siempre que aparezca algún síntoma nuevo se deberá de evaluar si corresponde al fármaco que se está tomando o es debido a otra causa