miércoles, 13 de mayo de 2015

¿QUÉ SÍNTOMAS NOS PUEDEN PONER SOBREAVISO DE QUE NO SE TRATA DE UN SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS?

El síndrome de piernas inquietas (SPI) tiene manifestaciones clínicas muy diversas y las descripciones de estos síntomas también van a ser muy diferentes (nervisosimo, quemazón, intranquilidad, hormigueo, dolorimiento, frialdad, desgarro,........). Para el correcto diagnóstico el neurólogo deberá de realizar una historia clínica exhaustiva y una exploración neurológica sistematizada.
Sin embargo hay síntomas o modos de comienzo que a pesar de un diagnóstico inicial de SPI, puede que correspondan a otras enfermedades.
Uno de los síntomas que nos hace sospechar de que no se trata de un SPI es que los síntomas no mejoren con la actividad. Normalmente los síntomas se localizan en las piernas, aunque en ocasiones también lo hacen en los miembros superiores y más raras ocasiones el SPI puede iniciarse en estas extremidades, pero siempre van a mejorar con la actividad. Cuando esto no es así habrá que descaratr enfermedades de los nervios periféricos entre otras. Estas alteraciones serán más frecuentes en pacientes diabéticos o con enfermedades coexistentes como el lupus, la artritis reumatoide, etc..
También es importante valorar que tratamientos tiene un paciente al que se le diagnostica de SPI. Si se está tratando con neurolépticos (haloperidol, sulpiride (Dogmatil), u otros), pueden producir una sensación de "intranquilidad" generalizada, no necesariamente asociado con molestias en las piernas, con deseo de moverse contínuamente sin empeoramiento por las tardes ni por la noche. Con la suspensión del tratamiento se va a producir una mejoría significativa.
El SPI no va a producir calambres. los calambres son contracciones dolorosos de los músculos, sobre todo de las pantorrillas y los múslos, que despiertan al paciente y que mejoran con el estirameinto pasivo del músculo afectado. No mejoran con la actividad, al contrario, los pueden empeorar. Los calambres nocturnos pueden ser causados por múltiples enfermedades e incluso por tratamientos que bajan el potasio en la sangre. El tratamiento es corregir la causa y tomar bajas dosis de diazepam (valium) antes de acostarse.
Cuando los síntomas mejoran por la noche hay que descartar otras causas diferentes al SPI. Si los síntomas parecen con la actividad y mejoran con el reposo, si además la persona sufre de hipertensión arterial o es fumadora, se tendría que descartar una enfermedad vascular periférica en la que tenga obstruidas las arterias que van a los miembros inferiores (arteriosclerosis).
Otro dato importante que nos puede poner sobreaviso de que no se trata de un SPI es la falta de respuesta a los agonistas dopaminérgico (ratigotina, pramipexol, ropinirol) a una determinada dosis. Con estos fármacos siempre se va obtener cierta mejoría, si no se obtiene o emepora habría que sospechar otras enfermedades diferentes al SPI.