viernes, 13 de marzo de 2015

¿ES EL SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS UNA ENFERMEDAD METABÓLICA?

La causa del síndrome de piernas inquietas sigue siendo un enigma, a pesar de los estudios realizados para encontrarla desde hace casi 300 años.
Desde hace décadas se ha observado que personas con trastorno en el metabolismo del hierro, son más propensos a sufrir del SPI, incluso se observa mejoría de los síntomas al tomar sales de hierro, en los individuos que tienen bajos niveles de este metal y de la ferritina. Estos niveles bajos también se han relacionado con el trastorno por déficit de atención en niños y adolescentes. Es curioso, el hallazgo de un estudio que puso de manifiesto que un número elevado de personas con SPI, suelen tener rasgos de conducta compulsiva. Esta conducta impulsiva es característica de estos niños o adolescentes. 
En otros estudios, se ha observado que en los pacientes que sufren de SPI a partir de los 50 años, algo más de un 25% tendrán diabetes mellitus. La población normal de esa edad sin SPI, sufre de diabetes en menos del 5%. Esto mismo se ha visto entre enfermos con hipotiroidismo (mal funcionamiento del tiroides), en los que la restitución a niveles normales de la hormona tiroidea, también va a mejorar los síntomas del SPI.
Estos hallazgos de mayor frecuencia de sufrir alteraciones en el metabolismo del hierro, de más prevalencia de la diabetes y del hipotiroidismo, en pacientes con SPI; así como la mayor incidencia de este síndrome alrededor de los 50 y 60 años; nos hace plantearnos la pregunta de si una alteración metabólica podría ser la causa del SPI.
También la mayor incidencia en mujeres (1,5 mujeres por cada hombre) y la aparición alrededor de la menopausia, nos haría pensar en la influencia de factores hormonales.
En relación a los hombres con SPI que tienen más de 65 años y se comparan con varones de la misma edad sin SPI, si se excluyen factores de riesgo que aumentan la mortalidad como la hipertensión arterial, el tabaquismo, la obesidad y los malos hábitos de alimentación; los que sufren SPI tienen un 40% más de mortalidad. Este aumento de la mortalidad es debido a enfermedades metabólico-nutricionales,  endocrinas, respiratorias e inmunológicas.
Hay una creciente evidencia que también pacientes hipertensos y obesos van a sufrir con mayor frecuencia de SPI. Esto último, junto con la mayor incidencia de diabetes, nos haría pensar en una disregulación del sistema símpatico y sus conexiones con las glándulas suprarrenales.

Esto debe de estimular a los pacientes con SPI para que mantengan una alimentación adecuada, un peso controlado, evitar el tabaquismo, controlar la tensión arterial y los niveles de glucosa en la sangre dentro de los límites normales y, en resumen, seguir unas hábitos de vida sanos.

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