miércoles, 3 de junio de 2015

COSTE SOCIAL Y ECONÓMICO DEL SÍNDROME DE PIERNAS INQUIETAS


Se ha demostrado que el SPI altera de manera significativa la calidad de vida de la persona que lo padece. Además siempre el coste más alto de una enfermedad se produce cuando esta no se diagnostica y por tanto se emplean tratamientos inefectivos o no se trata, con el perjuicio familiar, social y laboral que se produce al paciente.
Una vez dicho esto, el coste económico del SPI para la sociedad y para el paciente, siempre es menor cuando está bien diagnosticado y tratado, que cuando no lo está.
Los estudios realizados en los últimos años han puesto de manifiesto un aumento del coste económico del SPI, relacionado a que se diagnostica más y se trata más. Sin embargo, estos estudios solo inciden en el coste económico de los tratamientos y no evalúan la mejora de la calidad de vida. Es decir, no tienen en cuenta el ahorro del llamado coste indirecto. Un paciente bien tratado duerme mejor, rinde mejor en el trabajo y pierde menos horas laborables en ir al médico. Además mejora su relaciones interpersonales con su familia y amigos.
Se ha calculado que los costes directos (fármacos, vistas al médico) de un paciente con SPI es de alrrededor de 678 € por año. El coste indirecto (pérdidas de día de trabajo, bajo rendimiento laboral)  es de cerca de 1379 € por año. Es obvio que cuanto más intensos son los síntomas más coste directo e indirecto. Es curioso que en este estudio salieron tuvieron más coste indirecto los hombres que las mujeres.  También hay un mayor coste indirecto, cuanto más alterado esté el sueño y más deprimido se sienta el paciente. 
Un estudio cuantificó cuantas horas trabaja un paciente con SPI en relación a otro trabajador sin SPI en el mismo puesto de trabajo. En los casos moderados a severos, las horas trabajadas por semana en el paciente de SPI era de 30,4 h. por semana, en comparación a las 37-40 horas en el sano. Además se perdían 30 minutos por semana en absentismo laboral y la pérdida de productividad se calculó en casi el 20% (5,6 horas cada semana de 40 horas). Además, el paciente con SPI hacía al menos una visita al médico cada 3 meses.
Aunque son estimaciones aproximadas, el coste del SPI se acercaría a los 10.000 € por año, de ellos,  más de dos tercios son debidos a los llamados costes indirectos, que se podrían disminuir si se mejorasen los síntomas de dicho síndrome con un adecuando tratamiento. Esto es más evidente en los casos más graves con mal descanso nocturno.

Por lo que se ve se ahorra más tratando bien que no tratando. El gasto en un tratamiento, compensa el coste socio-económico de la enfermedad.
La mayor concienciación entre los médicos y el adecuado manejo de los profesionales de la salud del SPI, reducirá el impacto que esta enfermedad tiene en la calidad de vida de los pacientes y en el gasto sanitario.



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